De Vampiros y Otros Héroes: el personaje sobrenatural en el guión cinematográfico actual.

John Barrowman Y James Masters en TorchwoodUna de las más importantes preguntas que me planteo cuando pienso en las películas o series que a muchos tanto nos gustan es: ¿por qué nos identificamos, amamos, obsesionamos, enganchamos a un protagonista que es absolutamente irreal, que, por lo general, conserva jirones de maldad provenientes de un pasado diabólico, cuyo mayor mérito suele ser una inmortalidad que le vino dada, y, usualmente, grande? La respuesta, supongo, es la misma que da pie a cualquier experiencia gótica:

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cuanto más alejado de mi realidad esté el argumento, cuanto menos humano sea el protagonista, más fácilmente me escondo de un mundo en el que no hallo lugar. No comprendo a los que están a mi alrededor, no acepto sus costumbres, sus imposiciones, la sociedad que han construido sin mi participación ni consentimiento pero en la cual me veo obligada a vivir sin remisión sabiendo que jamás me sentiré integrada, por lo tanto, me cobijo en un mundo de fantasía poblado de seres rebeldes y marginales, que, al igual que yo, o no son o no se sienten humanos.

Así pues, ¿al abrigo de quién hallo gótico refugio? ¿A quién crean para mí, cuáles son las características comunes, si las hubiera, del héroe sobrenatural moderno? O, lo que es lo mismo, ¿qué creen los guionistas que nos gusta y por qué?

Las conclusiones no me hacen feliz. Los guionistas, no importa de qué lado del charco -también muchos escritores, pero no me voy a referir a ellos en este texto-, siguen un estereotipo perfectamente definido. Lo único que queda es escoger al actor, que a veces incluso se recicla de una serie a otra.

Doctor Who es la serie más antigua a la que puedo referirme. David Tennant como el décimo doctor Who, TARDIS, y  Rose, una de sus últimas acompañantes.Lleva emitiéndose, con interrupciones, desde los años sesenta. A la hora de escribir esto el Doctor ha vivido once encarnaciones. Once actores distintos le han dado vida. No es abosultamente inmortal, puede morir. No es humano, pero lo parece. No halla su lugar, puesto que su planeta fue destruido y con él toda su especie. Está solo, pero siempre en compañía. Es el último de una estirpe, los Señores del Tiempo, su fuerza reside en su genialidad y conocimientos. Viaja a bordo de la TARDIS; una nave espacial que por fuera tiene la apariencia de una cabina telefónica. En cada uno de sus viajes actúa como salvador, bien de todo el género humano, bien de alguno en concreto, o bien de otros alienígenas. La serie es producida por la BBC. Para los británicos ya es tan seña de identidad como el té. Tras más de seiscientos capítulos esforzándose en escribir guiones originales no queda más remedio que repetir «malos» y caer muy a menudo en el ridículo presentando argumentos propios de Barrio Sésamo…, y sin acordarse de mejorar los efectos especiales en los últimos cuarenta años. A veces la considero una cutrez absoluta, pero, a saber por qué, no me pierdo ni un capítulo, en especial tras la aparición de nuestro segundo héroe: el capitán Jack Harkness, que pasaría después a protagonizar eso que llaman un «spin-off», es decir, una serie cuyo/s protagonistas aparecieron en otra anterior y gustaron al público tanto como para que los productores decidieran explotar el filón creando otra para él solito. La serie en cuestión se titula Torchwood (anagrama de Doctor Who).

El capitán Jack Harkness, interpretado por el bellísimo John Barrowman.

Jack Harkness: Belleza interpretada por mi admirado John Barrowman.

No es inmortal del todo, puesto que morirá tras un larguísimo proceso de envejecimiento, pero hasta la fecha confiesa haber muerto y resucitado más de mil veces. Está solo: es humano pero procede del siglo 51. Se mueve por el tiempo como yo por mi casa. Está aquí -en el siglo XXI-, para salvarnos de la invasión alienígena que está comenzando. Es bisexual (omnisexual, en realidad). Tiene un pasado con algunas maldades de las que arrepentirse y se siente culpable del terrible destino que acaeció a su hermano pequeño. Como los superhéroes de comic, inexplicablemente viste siempre de la misma forma: camisa azul sobre camiseta blanca, pantalones y un largo abrigo militar azul. ¿Por qué lleva siempre este atuendo adquirido durante la segunda guerra mundial, en lugar de cambiar de ropa, como sería lo normal? No nos molestemos en hacer cábalas inútiles: es una manía corriente entre los héroes.

Una de las más antiguas series -dentro de su modernidad, obviamente- muy premiada y de éxito internacional es Buffy Cazavampiros. A primera vista su mayor diferencia con las dos mencionadas es obvia: es mujer. Ahora vamos a ver que, en realidad, es la única diferencia.

Buffy es humana y mortal, pero murió y fue resucitada. Buffy CazavampirosEstá sola, se siente sola y se sabe sola. Es salvadora de la humanidad: matadora de vampiros, diablos y otros engendros de la oscuridad. Y encima tiene que realizar las tareas del hogar, traer dinero a casa y ocuparse de la familia. Como en la vida real, la heroína femenina cumple diez veces más funciones que sus colegas masculinos. Buffy es el único héroe con familia estable y una vida autenticamente humana. ¡Y además ella sí se cambia de ropa y hasta se maquilla!

Los guionistas la concibieron como un personaje con el que cualquier adolescente del montón pudiera identificarse: no es excepcionalmente guapa, ni lista ni tiene siempre todas las respuestas o planes perfectos para acabar con el enemigo, se enamora del chico malo, tiene sexo para lidiar con sus problemas, mete la pata, se arrepiente, sus amigos suelen no ser tan nobles como deberían, tiene una hermana pequeña que le complica la vida…

La serie nos presenta a otra heroína interesante: su amiga Willow, otra chica corriente y moliente que llega a convertirse en la bruja más poderosa jamás habida. Es lesbiana. Dicho sea de paso, en la octava temporada de la serie, hasta el momento sólo disponible en comic, la propia Buffy tiene una experiencia lesbiana.

Pero la razón de que yo haya visto bastantes capítulos de esta serie es, como no, Spike (William, el sanguinario, en sus comienzos), el vampiro amante de Buffy -bueno, uno de ellos-. Enterrando su dolor, soledad y vulnerabilidad en sarcasmos e ironías, pálido y delgado pero aun así atractivo, cumple, punto por punto, las reglas de creación del héroe místico con toques góticos.

Nada es más importante para el pastor que recuperar a la oveja perdida, enseña la Biblia. Innumerables ejemplos reales nos demuestran el arraigo de esta creencia, y los que aporto en esta página nos confirman sus firmes raices en la mente de nuestros guionistas. Varios profetas muy amados por amplios segmentos de la humanidad llevaron una juventud hedonista hasta que un momento de iluminación transformó sus vidas. Muchos héroes sobrenaturales dedicaron parte de su vida al asesinato (Xena, los vampiros) o, cuando menos, cometieron tropelías de las que más tarde se arrepientieron, incluyendo, como se ha visto, al anteriormente mencionado, Jack Harkness. Spike es el epítome de este modelo: una buena persona -un poeta inocentón que vivía con una madre a la que adoraba- a quien un acontecimiento inesperado dirige a la senda del mal -tras su vampirización, con la mejor de las intenciones decide vampirizar a su madre para tenerla siempre a su lado, pero tras esto la encantadora señora se vuelve cruel, le dice que jamás le ha querido, le intenta violar, y él se ve obligado a acabar con ella, lo cual le convertirá en un ser traumatizado y violento-. Pero luego llega el acontecimiento redentor, la iluminación. El atuendo usual de Spike.La eternidad en soledad es dura, ver envejecer y morir a los que te importan frustrante, piensan todos los guionistas (que parecen una fotocopiadora de ideas), y nos intentan convencer de ello. Spike se enamora y su deseo de ser querido le conduce a ser bueno, a intentar volver a ser mortal, incluso. Tras atravesar mil vicisitudes en la lucha contra el monstruo que lleva dentro llega a salvar el mundo (¿había escrito antes en estas páginas la palabra salvar?), lo cual le hace ganar el premio gordo: un alma. Spike es un clon de Lestat, si has leído algo de Anne Rice ya te habrás dado cuenta. La pareja Lestat/Louis es clonada por nuestros guionistas en las figuras Ángel/Spike. Spike no llegó a tener su propia serie secuela probablemente porque el vampiro amante de Buffy anterior a él (Ángel) ya la había conseguido, pero sí participó en ella, titulada, Ángel, donde otro vampiro arrepentido salva el mundo de las garras del mismo mal que antes le fuera tan caro. Si bien no fue Ángel quien apadrinó a Spike, sí lo fue una amante suya, con la cual rompió el corazón de Spike y le guió y empujó al mundo de oscura maldad.

He aquí a Spike, con su uniforme vampírico habitual. La camiseta puede ser negra, pero el abrigo de cuero negro, o, en su defecto, la cazadora, no debe faltar. El pelo de nuestros héroes es un punto crucial a señalar. No importa cuán mal vistan, cuán sucios anden, en qué apocalíptica batalla peleen, su peinado perfecto no disimula el empleo de tintes, abrillantadores y fijadores. Sin embargo, aún sabiendo que obviamente se pretendía que Spike fuese uno de los elementos que aportaban humor a la serie, me pregunto, ¿no se pasaron un poco creando un vampiro que escoge teñirse de rubio plátino?

Jack y John en el episodio titulado Kiss, Kiss, Bang, Bang
Indudablemente mi momento favorito de todas estas series se produce en el reencuentro capitán John Hart/capitán Jack Harkness, durante el primer episodio de la segunda temporada de Torchwood. A la izquierda.
Al beso apasionado le sucede una pelea descomunal, siguiendo los cánones del erotismo masculino, que, por muchas razones, Russell T. Davies -creador de Torchwood- conoce mejor que nadie.

James Marsters, ahora reciclado como capitán John Hart, prácticamente repite el papel desarrollado en Buffy. Es más, opino que Russell T. Davies es un ferviente admirador de la serie, porque si no es imposible que se den tantos parecidos. El capitán Hart, por el momento -la serie está en curso cuando escribo esto-, no ha dicho o hecho nada que no hubiera podido hacer o decir Spike. Es malo, sarcástico, pero noble en los momentos críticos, ansioso de amor y compañía, y se dirige habitualmente a los demás como «cielo», «guapo» y «amor», al igual que Spike. También al igual que él es apasionado en el sexo, como su contemporáneo amigo Jack Harkness, es omnisexual (la diferencia con bisexual estriba en el hecho de que no hacen ascos ni a terrícolas ni a alienígenas). Joss Whedon, creador de la serie Ángel ya mencionada, confirma que hubo un encuentro sexual Spike/Ángel, lo cual se desvela sutilmente casi al final de esa serie.

John Barrowman y James Marsters ataviados para Torchwood
En esta imagen se aprecian bien las indumentarias de ambos héroes. James Marsters tampoco se cambia de ropa en Torchwood, y además sale perdiendo con respecto a John Barrowman (claro que a éste aunque le vistas con un saco no dejará de estar favorecido). La casaca roja abierta le sienta mal, la camiseta parece sucia y las botas con el pantalón remetido son… ¿qué decir? También ignoramos en este caso la razón de su irracional apego a esa vestimenta de tiempos pasados. Pero sin duda la culpa de esta fijación en la mente de los creadores la tienen los comics de lo héroes clásicos.

Es un buen momento para hacer notar que el héroe sobrenatural actual se nos presenta siempre con amplias dosis de erotismo, Louis disfrutando del beso vampíricoy muchas veces (cada vez más a menudo y más abiertamente) de homoerotismo. Los creadores por fin están empezando a explotar el filón -una sociedad más abierta de miras se lo empieza a consentir, con cuentagotas- de que el romance masculino gusta a las mujeres, de que un beso entre dos hombres las deja pegadas a la pantalla para luego correr a escribir una sucesión de «fics» fantaseando sobre el tema (Fic= Fan Fiction, relatos escritos por los fans basándose en personajes de novelas, películas o series televisivas) y en seguida perderse en acalorados debates en foros dedicados a la relación Louis/Lestat, Ianto/Jack, John/Jack. Tanto es así que la utilización de esta barra (/) entre los nombres ha dado lugar a la denominación de este género de relatos homoeróticos como «Slash» (palabra inglesa que significa «barra»). Como este tipo de historias románticas entre hombres vienen siendo largamente desarrolladas en los comics japoneses tienen dentro de éste su propio género, el Yaoi, Yuri cuando las relaciones son entre mujeres.

Brevemente menciono a otro tipo de héroe: el androide llorica que quiere ser humano. Y lo menciono por eso: porque, al igual que el resto de héroes, quiere ser humano, descender de su pedestal de fuerza, genio y ausencia de sufrimiento para ser como los espectadores -o lectores. Y la presunción de escritores y guionistas es tal que piensan que pueden convencernos de eso a nosotros, los adoradores del héroe. ¿Con qué objeto? ¿Consolarnos de que nunca podremos serlo? ¿Se trata de una especie de moralina con fines lenitivos y estimulantes, como: el ser humano es lo mejor del universo y cualquier otro ente nos envidia, así que no tiene objeto intentar ser distintos a lo que somos? No me es posible arrojar luz sobre este punto. El cybor llorica, como en Blade Runner (Basado en la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?) es inteligente, fuerte y, sobre todo, amante de la lírica. Si encuentras algún fan de esta película que no sepa de memoria el discurso final del líder de los replicantes mereces un premio: Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.

Concluyamos las características comunes a la mayoría de los héroes. No todos las cumplen todas, pero sí muchas de ellas:

  • Son superiores al ser humano física y/o intelectualmente. Poseen mayor fuerza o más experiencia y/o un cerebro superior.
  • Son cuasiinmortales. En realidad siempre pueden morir, pero no sin antes vivir mucho más de lo que les hubiera correspondido.
  • No importa la edad que tengan se apañan para lucir siempre guapos y lozanos.
  • Suelen reunir una o varias de estas cualidades: elegancia (o ellos creen que la tienen), hedonismo, irónía e ingenio, inteligencia.
  • No se cambian de ropa. (Buffy sí, pero Xena y su amiga casi nunca, de modo que generalizamos para ambos sexos.)
  • Acaban detestando su cuasiinmortalidad o poderes. Admiran y/o envidian a los mortales o humanos corrientes.
  • Estarán siempre solos, no importa cuánta gente los rodée, pero buscan compañía humana. (Para que el espectador se refleje en ellos, según los guionistas. ¿Aciertan en su juicio sobre nuestro deseo?).
  • Pueden ir en pareja. Esto se convierte en una suerte de la eterna conjunción Don Quijote/Sancho Panza, donde el adjunto al héroe se utiliza como contrapunto humano que a menudo devuelve al héroe al redil de la bondad y compasión en sus momentos de descarrío, o, cuando se trata de una compañía a su mismo nivel, le enfrenta a su pasado.
  • Tienen un pasado entre turbio y abominable del que redimirse.
  • Son salvadores. Esto los acerca a los profetas antes comentados.
  • Son vulnerables. Sufren traumas antiguos, pérdidas de seres queridos. Necesitan ser amados, pero nunca encuentran un amor duradero o confiable.
  • Se enamoran del interior de las personas, sin importar la carcasa, de forma que las relaciones con alguien de su propio sexo se han hecho naturales. Este punto se disimula o elimina en las series destinadas a «horario infantil», lo cual no hace sino estimular la fantasía de los fans para la creación de miles de relatos sobre la relación de la pareja en cuestión (por ejemplo, Xena/Gabrielle).

En la serie Héroes las características del Héroe único se reparten entre todos los elegidos: la inmortal, el repeinado vestido de negro, el japonés con su colega humano inseparable, etc. todos unidos en una batalla apocalíptica contra el mal, y, mientras llega, en lucha con sus adversas circunstancias familiares y sus propios demonios interiores, metáforicos o no. Claro antecesor de estos personajes fue la más meritoria serie, y película, Mutantes.

A la vista está lo escasamente que ha cambiado, en lo fundamental, la personalidad de los héroes desde Heracles (Hércules para los romanos) -asesino de sus hijos, penitente y finalmente héroe- hasta hoy. El héroe actual sigue presentando las características de un semidios que se ve asolado por los sufrimientos tanto de su parte humana como de la divina -demoniaca, vampírica o sobrehumana por cualquier otra razón- y acaba erigiéndose en líder de una batalla «final». A menudo seres superiores juegan con él, le otorgan o quitan poderes y participan en su destino.

A la izquierda, la reinterpretación actual de Hércules en la serie del mismo nombre. Prototípico como todos: fuerza sobrehumana, vestimenta única, pelo perfecto, con acompañante amigo del alma sin poder ninguno, atormentado por la pérdida de seres queridos, sentimental y vulnerable, acosado por los dioses, salvador de todo lo que se le cruza por delante…

Como comentaba más arriba, los guionistas reinciden de continuo (añadamos a la lista Moonlight y Blood Ties, sólo por mencionar algún otro ejemplo de personaje clónico) en esa insistente e infantil cantinela moralizante según la cual las diferencias del héroe -su superioridad- frente a los demás mortales se convierten en una carga que ha de esforzarse en eliminar si quiere llegar a ser feliz. (¿No es el mensaje, pues, si quieres ser feliz, sé del montón, no destaques, piérdete entre la manada?). ¿Fue la de Louis de Point du Lac la primera crisis de conciencia vampírica? ¿Tanto gustó la idea como para repetirla hasta la saciedad incluso cuando no tiene justificación racional?

El vampiro clásico, Drácula, no muestra arrepentimiento alguno en su maldad perfecta y, desde luego, no ansía la mortalidad ni aspira a salvar el mundo. Pero, por lo demás, reune varias de las características citadas: es superior físicamente, cuasiinmortal, luce estupendo y aparenta no más de treinta años, es elegante, hedonista, no se cambia de ropa y busca compañía constantemente. Sólo han tenido que ir haciéndose unos cuantos añadidos sobre esta plantilla para convertirle en un héroe más a la moda -decidida por los guionistas y copiada de unos a otros- actual. Drácula no es un héroe moderno, pero sienta ciertas bases, y a mí me gusta bastante más.

Como vemos, la construcción de un héroe sobrenatural es sencilla y apenas ha sufrido retoques en los últimos dos mil años, salvo por un hecho evidente: es muy reciente el que un ser procedente del mal llegue a elevarse a la categoría de héroe. De alguna parte del subconsciente del guionista -o de las exigencias de los anunciantes del horario en que se transmite la serie- surge la necesidad de retocarlo, de dotar a su vida de moraleja y necesidad de redención.

¿Escogeríamos otra opción si hiciésemos nosotros ese guión? Apuesto a que yo sí.

Tras estas conclusiones, tiendo a creer que la creación tanto de los héroes vampíricos como de los procedentes del mundo de la ciencia ficción se destina fundamentalmente a satisfacer las fantasías sexuales de las mujeres, quienes han demostrado ser las mayores consumidoras, fans y adoradoras de este bello macho alfa, letal pero domesticable, punto sobre el que me extenderé en un próximo artículo.

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9 Responses to De Vampiros y Otros Héroes: el personaje sobrenatural en el guión cinematográfico actual.

  1. Aurora 24 de febrero de 2009 at 23:00 #

    Muchas gracias, me ha encantado. Espero con ansia esa prometedora continuación.

  2. demoniodehiel 24 de septiembre de 2009 at 03:38 #

    Me ha gustado tu artículo, y también me ha divertido, que no es poco. Un soplo de aire fresco y amable ironía.
    Que no hay nada nuevo bajo el sol desde los viajes de Gilgamesh (o antes) pero no está de más que ahora el biajero heroico esté mas bueno y lleve el pelo platino, qué joder. Y muerda muy bien. A las chicas (y a muchos chicos) nos gustan más así.
    Incluido lo de «domesticable». Hasta cierto punto y cogida la palabra con todas las pinzas posibles, naturalmente: NADA-DE-LOBOTOMÍAS-A-SPIKE que bastante tuvo la pobre criaturica con el chip.
    Un cordial saludo

  3. demoniodehiel 24 de septiembre de 2009 at 03:39 #

    Que me ha salido viajero con «B» y ahora que lo veo me ha dado un ataque de nervios jajaja. Es que son las cuatro y media de la mañana -.-
    Sorry

    • Angeles 24 de septiembre de 2009 at 11:37 #

      Muchas gracias por tu comentario, demoniodehiel.
      Spike es el vampiro número 1 elegido por los lectores de la revista SFX este verano de entre 50 de todos los tiempos, por algo será. El segundo, Drácula, -el interpretado por Christopher Lee, claro-. Drusilla es la décima, a pesar de su poco papel. Lo que no comprendo es que Ángel sea el tercero, supongo que la gente sólo tiene en mente su papel en Buffy y no el de su spin-off. Se podrá estar o no de acuerdo con estas clasificaciones pero siempre sirven para extraer conclusiones.
      Por cierto que la revista venía con unos posavasos de Buffy Cazavampiros que conservo por el de Spike, eso sí, bien escondidos para no tener que dar explicaciones a las visitas, ja ja

  4. demoniodehiel 24 de septiembre de 2009 at 14:36 #

    Es porque SFX es una votación seria, friki y en condiciones… date cuenta que todas las votaciones que hay uultimamemtne potr la red al vampiro más HOT está ganando el chavalillo este esmirriado de Twiligth… que sea guapo o te guste es otro asunto pero HOT ¡¡¡madredelamorhermoso!!! Como dice mi buena amiga vicenivi, si Spike es LA CHECHIDAD!!!!
    Pero al ser encuestas cutres, que puedes eliminar cookies y volver a votar, sin login ni control, las pavas doceañeras se meten horas dale que te pego y las revientan, o sea no son creíbles claro. Las de revistas más serias si, y dice mucho que gane Spike habiando terminado Buffy en 2003 y Angel en 2004.
    Un saludo hermosa y sorry que me emociono y suelto rollo +.+

  5. Ehiztari 24 de septiembre de 2009 at 16:57 #

    A las visitas no conviene darles muchas explicaciones 😉
    Cuando dices «clónico» ¿no sería más apropiado decir «arquetípico»? Quiero decir que todos los ejemplos que citas parecen la reencarnación del héroe de siempre, puntal inamovible de todo cuento, mito, película, relato,… fantástico desde milenios atrás. (Puntualizo que con «fantástico» me refiero a lo opuesto a realista).
    Sobre ese lado oscuro que,a diferencia de los héroes ejemplarizantes del pasado, parece una aportación actual, además de las razones comerciales que tú apuntas, a mí se me ocurre pensar que corresponde a los nuevos signos de los tiempos: en nuestra descreída época actual difícilmente íbamos a creernos como héroe a un insípido príncipe azul perfecto. Proporcionarle un pasado traumático, oscurecerlo, quizás le dé morbo, pero sobre todo lo hace un poco más creíble (o interesante, o cercano); O sea, cambiar un poco del modelo para que, en el fondo, nada cambie.

    • Angeles 24 de septiembre de 2009 at 20:09 #

      Sí, claro que son arquetípicos. A los que llamaba clónicos era porque, a pesar de presentar novedades con respecto al modelo tradicional, no difieren nada entre ellos, simplemente las productoras, descaradamente, repiten personaje con otro ambiente. Sin embargo el esquema se puede romper y encontrar un filón.
      En general todo héroe actual es -a excepción de los héroes oscuros que hoy son, salvo excepciones, los más importantes en cuanto a éxito, lo cual ya da para desarrollar una tesis-, bastante arquetípico del héroe fantástico de muy antiguo, sólo con los añadidos necesarios para darles una imagen -vestimenta, look y demás- que antes no era necesaria. Pero también hay puntos en los que difieren totalmente, empezando por la aparición de la heroína, la bisexualidad, la riqueza de su personalidad, la aparición del carácter y psicología, la explicación de la formación de esa personalidad… Algunos de estos puntos nunca habían tenido importancia, otros resultaban una majadería (¿una mujer guerrera? vamos, por favor…) y otros eran como para… colgar de la picota al autor. De Ulises sabemos lo que hace y porqué, pero la historia se basa en las heroicidades y no en el héroe, al contrario que ahora. Hamlet presenta un retrato de personaje perfecto que ya no tiene nada que ver con Ulises. O será que yo amo a Shakespeare, no sé. El caso es que ahora queremos saber qué ingredientes llevaba la primera papilla del héroe, y este cambio se ha dado con el tiempo, estudiarlo seriamente abarcaría un montón de campos.

  6. demoniodehiel 23 de octubre de 2009 at 04:58 #

    Una referencia cruzada, por si quires ecahr un ojo, me acordé de ti y de este artículo cuando lo leí.
    En el blog de mi buen amigo Edgar citaba hace unos días la entrada en un tercer blog, en inglés, de un elemento que se rasgaba las vestiduras por la «feminización» de la CIFI, y sus para él aterradoras consecuencias: personajes gays, bajada de calidad científica, menos batallitas, morreos en pantalla… ya sabes. Según él eso era la muerte de la CIFI. Más o menos muy resumido.
    Vamos, lo de este hombre iba a ser en resumen que era lelo perdido, pero bueno parece que con todo hay que convivir, vivir o lo que sea jajajaja… lo que a nosotros nos parece fantástico para él era el acabóse, la Hellmouth se le derrumbaba al pobre.
    (Que además estaba equivocado en la apreciación de lo bueno o malo de la CIFI pero en fin)
    Te dejo link al blog de Edgar.

    http://edgarspp.livejournal.com/13579.html

    Saludos, espero que te vaya muy bien en tu nuevo libro

    • Angeles 23 de octubre de 2009 at 11:48 #

      Me he decidido a perder el tiempo ojeándolo y después de la primera frase, «Considerably more men than women are interested in reading and watching science fiction», ya no he leído más. Igual es que el pobre chaval confunde la ciencia ficción con el futbol… No me recomiendes más cosas así, por caridad.
      He escrito dos capis del nuevo libro y ya llevo asesinados a más de cien (creo que no encajo en el concepto de lo femenino del chico ése). A ver si para compensar pongo a morrearse a unos cuantos, y mejor si son gays, que no quiero romperle los esquemas al pobre 😛
      Besotes, guapa.

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